“Con su cara”

Te vi entrar.
Y por un segundo…
creí que eras vos.

Tenías su cara.
Sus ojos.
Esa forma de caminar que alguna vez me hizo prometerme
que no iba a mirar a nadie más.

Pero no.
No eras ella.

Ella reía con el cuerpo.
Temblaba cuando me acercaba.
Me escribía como si cada palabra pudiera salvarnos.
Me pedía quedarme, aunque ya no hiciera falta.
Me miraba…
y era hogar.

Vos, en cambio,
me ves con pausa.
Con distancia.
Con la comodidad de quien ya no teme perder
porque ya perdió todo sin llorarlo.

Tenés su cara,
pero no su alma.
Tenés su voz,
pero no la urgencia.
Tenés mi recuerdo…
pero no lo sostenés.

Y lo entiendo.
La gente cambia.
Se protege.
Se borra.

Solo que yo,
todavía amo
a una mujer
que ya no existe.

Y vos…
sos el fantasma con su rostro.

— C

Sin comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *