
“Desde el día 1”…
tus palabras se clavan en mi pecho,
como un juramento roto,
como un fuego que prometió arder para siempre
y hoy me consume en soledad.
Si fue desde el inicio,
¿por qué me arrojaste al final?
Si siempre me escuchaste,
¿por qué me condenaste al silencio?
Ese eco me persigue,
late como campana en un templo vacío,
me recuerda que fui verdad en tu vida,
pero solo hasta el momento en que decidiste olvidarme.
“Desde el día uno”…
una caricia envenenada,
un puñal disfrazado de ternura,
que me repite sin cesar
lo que fui,
y lo que nunca volveré a ser.
Sin comentarios